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Por un mundo cada dia mejor
Ariel S. Rakos

miércoles, 20 de febrero de 2008

Yamabushi : guerreros de las montañas

En algún lugar de las montañas de Japón se encuentran vestigios, vivos para los sensibles, de una religiosidad cuya intervención en la naturaleza se compenetra de manera que cuesta pensar que ha sido creada por el hombre. Sin embargo al hablar de religión en Japón, hablamos de otra categoría de hombres, que a través de una vida de absoluta contemplación han logrado continuar perteneciendo a nuestra biosfera como elementos concordantes, ecológicos y que pasean a voluntad en el mundo de lo efímero e inmaterial.

He tenido mucha curiosidad por comprender la naturaleza de de estos elementos que no muestran ningún ápice de falta de estética, moral, perfección en todo lo que desarrollen. Esa forma cultural de ver el mundo y de la cual debiéramos agradecer, ha traspasado de una u otra manera los muros de la "civilización", para penetrar en diferentes áreas del diario vivir de la sociedad Japonesa, logrando mostrar por fuera de sus fronteras una exquisita cátedra de belleza, amorosidad, simpleza, magia.

Yamabushi (山伏), literalmente "guerrero de la montaña", se refiere habitualmente a los monjes ascetas y guerreros japoneses que seguían el Shugendo llevando vida solitaria en la montaña, aunque asociados a determinados templos. Participaron ocasionalmente en batallas y escaramuzas junto a los samurai y los sohei.

Sakura iro

Hanami (花見, literalmente "ver flores") es la tradición japonesa de observar la belleza de las flores, pero por lo general se asocia esta palabra al período en que florecen los cerezos y en el que los japoneses acuden en masa a parques y jardines a contemplar los cerezos en flor. De finales de Marzo a principios de Abril, los cerezos florecen por todo Japón, de sur a norte acorde a los distintos climas existentes en las diversas regiones. Los primeros cerezos del año florecen en las islas de Okinawa en Enero (la región más meridional) y los últimos en la isla de Hokkaido (la región más septentrional).

El pronóstico de florecimiento (桜前線, sakurazensen) es anunciado cada año por la oficina de meteorología. En esta celebración, la gente se dirige a los parques a contemplar los cerezos en flor, y habitualmente realizando un picnic, con la familia o con la empresa (es habitual ver a empleados de empresas guardando los mejores sitios debajo de los cerezos con días de antelación). El hanami continua en la noche y es llamado yozakura (夜桜, "cerezos de noche").

Toyo Ito, famoso arquitecto japonés, recordaba este hecho de su infancia catalogando como la forma más bella y sencilla de hacer arquitectura, a través de los grandes manteles a la sombra de los cerezos.